Semana de la Salud Mental y Física: educar para la vida

 

Conmemorar la Semana de la Salud Mental y Física no significa únicamente organizar actividades; es reafirmar una filosofía institucional que entiende el cuidado como un eje transversal de la formación.   

 

Semana de la Salud Mental y Física: educar para la vida

Hablar de salud mental y física en el colegio ya no es una opción, es una necesidad impostergable. En un mundo atravesado por la inmediatez, las tensiones sociales y la incertidumbre global, los niños y jóvenes crecen enfrentando retos que hace apenas unas décadas no existían: la presión de la hiperconexión digital, el aumento de la ansiedad, la dificultad para gestionar el estrés y la búsqueda constante de un sentido profundo en la vida cotidiana. Estos escenarios nos recuerdan que el bienestar integral no es un tema secundario, sino el fundamento sobre el cual se construye cualquier proceso de aprendizaje y desarrollo humano.

Mural ¿cómo se ve la ansiedad? – Liderado por los estudiantes de 11°

La Semana de la Salud Mental y Física en Evergreen School nace de esa convicción: la educación no puede reducirse a la transmisión de saberes académicos, sino que debe abrir espacios para que los estudiantes reconozcan su propia humanidad en toda su complejidad.

Conmemorarla no significa únicamente organizar actividades; es reafirmar una filosofía institucional que entiende el cuidado como un eje transversal de la formación. Es recordar que enseñar a reconocer una emoción, practicar la autorregulación o generar conversaciones sobre el sentido de la vida es tan trascendental como resolver una ecuación matemática o comprender un texto literario.

Estas jornadas se convierten en un símbolo, un recordatorio de que el colegio es un lugar para aprender a vivir, no solo para aprender contenidos. Al abrir espacios de reflexión sobre el autocuidado, la convivencia o la resiliencia, enviamos un mensaje claro a nuestra comunidad: la felicidad, el equilibrio y la capacidad de cuidar de sí mismos y de los demás son aprendizajes esenciales que acompañarán a nuestros estudiantes mucho más allá de las aulas.

La casa del bienestar – Liderado por los estudiantes de 6°

En Evergreen, la Semana de la Salud Mental y Física es solo un momento visible de un trabajo que se mantiene a lo largo del año. La acompañan la labor cotidiana de orientación escolar, el compromiso de los docentes y la participación activa de profesionales externos que enriquecen la mirada sobre el bienestar integral. Pero, sobre todo, sostiene una convicción profunda: apostar por la salud física y mental de nuestros estudiantes es apostar por su futuro como ciudadanos empáticos, responsables y conscientes de que la vida se cuida en comunidad.

Coordinación de Bienestar y Convivencia 

De Liceo Cambridge a Evergreen: 27 años creciendo sin perder nuestras raíces

 

Este aniversario nos recuerda que nuestra educación es como un árbol vivo, donde la idea de un aprendizaje que perdura, se renueva constantemente y busca un impacto positivo en el mundo, requiere raíces profundas que nos sostienen y ramas que se extienden cada vez más alto.

 

 

WhatsApp Image 2025-04-14 at 8.57.40 AM

De Liceo Cambridge a Evergreen: 27 años creciendo sin perder nuestras raíces

Hace veintisiete años, un grupo de educadores visionarios decidió sembrar una semilla: un colegio bilingüe que ofreciera excelencia académica, ética y amor por el conocimiento. Así nació Liceo Cambridge, un proyecto que desde 1998 apostó por la formación integral y el bilingüismo impulsando el desarrollo de futuros ciudadanos del mundo.

Archivo fotografía Liceo Cambridge

Con el paso del tiempo, comprendimos que crecer también implica evolucionar. En 2018 dimos un paso audaz: cambiar nuestro nombre para reflejar una visión global, un compromiso renovado con la innovación educativa, enfocada en la felicidad y el éxito, así como destacar nuestro profundo amor por la naturaleza. Fue así como nació Evergreen School.

Hoy, al cumplir 27 años, miramos atrás con gratitud y hacia adelante con ilusión. Heredamos del Liceo Cambridge los cimientos de ética, bilingüismo y excelencia académica; y con Evergreen School hemos consolidado un modelo educativo innovador, centrado en que en la construcción de la felicidad intervienen factores tanto personales como académicos. En nuestros procesos de aprendizaje la autogestión y la autorrealización cobran gran importancia en el éxito académico y futuro profesional.

“Este colegio nació como un proyecto familiar con un propósito claro: formar seres humanos felices, íntegros y preparados para un mundo cambiante. Hoy, 27 años después, seguimos fieles a esa esencia, pero con la mirada puesta en el futuro”, afirma Carmen Díaz, directora general e hija de los fundadores de Evergreen School.

Nuestra trayectoria está respaldada por reconocimientos que hablan por sí solos: cinco años consecutivos certificados internacionalmente como Great Place to Study, lo que nos ubica entre los cinco colegios más felices de Colombia; el puesto 76 entre los mejores colegios del país y en el Top 10 entre los colegios bilingües según el ICFES 2024; la certificación EFQM de 3 estrellas, que avala nuestro compromiso con la excelencia en la gestión; y nuestro compromiso ambiental al proteger activamente la Reserva Thomas Van der Hammen, demostrando que educar también es cuidar el planeta.

Evergreen School proyecta un campus educativo con liderazgo nacional e internacional, guiado por valores claros: Trabajo en equipo, Responsabilidad, Crecimiento y Orientación al logro. Nuestros estudiantes crecen sobre la base de la Empatía, Solidaridad, Perseverancia y Responsabilidad, fortaleciendo atributos del perfil Evergreen como el autocuidado, las habilidades sociales, la comunicación, la indagación, la autorregulación y el pensamiento crítico.

“He visto generaciones completas crecer aquí; he visto a niños convertirse en profesionales y líderes solidarios. Eso demuestra que nuestra misión de educar para la felicidad no es solo un discurso: es una realidad que vivimos día a día”, comenta Amanda Romero, rectora de Evergreen School desde hace 26 años.

Archivo fotografía Liceo Cambridge

Este aniversario nos recuerda que nuestra educación es como un árbol vivo, así como nuestro nombre (Evergreen, Escuela Siempre Verde), donde la idea de un aprendizaje que perdura, se renueva constantemente y busca un impacto positivo en el mundo, requiere raíces profundas que nos sostienen y ramas que se extienden cada vez más alto. Nuestros egresados son prueba de ello: líderes solidarios, perseverantes y transformadores del mundo.

Hoy reafirmamos nuestro propósito: Educar para una vida auténticamente feliz, siendo un colegio donde cada niño y joven encuentra la alegría de aprender, la confianza para crear y la preparación para alcanzar sus metas. Este aniversario también es un homenaje a las familias que han creído en nosotros durante estos 27 años. Gracias por acompañarnos, por inspirarnos a ser mejores cada día y por hacer parte activa de esta comunidad que sigue creciendo sin perder sus raíces. Evergreen School es de todos: un proyecto vivo que construimos juntos, con el compromiso de seguir sembrando futuro para nuestros hijos.

Primaria toma la palabra: delegación Evergreen rumbo a MONUA XV

 

Nuestros delegados kids, vienen preparándose en compañía de sus padres semana a semana, aprendiendo el lenguaje parlamentario, ejercitando técnicas para potenciar su oratoria y aumentar su confianza, así como simulando debates sobre diferentes temas.

 

Primaria toma la palabra: delegación Evergreen rumbo a MONUA XV

Por primera vez, 15 estudiantes de primaria participarán en MONUA XV, el Modelo de Naciones Unidas de la Universidad de los Andes. Este hito marca el inicio de EVERMUN KIDS, fortaleciendo el liderazgo, la oratoria y el pensamiento crítico desde la infancia.
La delegación de Evergreen está conformada por Martina Blanco, Manolo González, Sara Chaparro, Emilio Alarcón, Salomé Pérez, Juan Diego Rosas, Lorenzo Saavedra, Jerónimo Fajardo, Julieta Pabón, Jerónimo Venegas, Jerónimo Gallego, Jacobo Mojica, Eva Cruz, Sara Hernández y Emiliano Lasso.

Por primera vez en la historia de Evergreen School, estudiantes de 4° y 5° grados representarán al colegio en MONUA XV, uno de los Modelos de Naciones Unidas más reconocidos de América Latina. Esta participación no solo marca su debut en un evento académico de alto nivel, sino que da vida a EVERMUN KIDS, la primera versión de nuestro Modelo de Naciones Unidas para primaria, reflejo del trabajo que por años han liderado los estudiantes de bachillerato con EVERMUN.

El próximo 17 y 18 de agosto debatirán en un formato único: “El mundo de los tribunales mágicos de Disney”, inspirado en películas como Intensamente, La Sirenita y El Rey León. Los temas centrales serán las emociones y su control, la identidad personal y el amor propio, así como la justicia, la democracia y el poder.

Bajo la asesoría del profesor William Rivera, sponsor institucional del proyecto, los estudiantes se han preparado junto a sus familias para aprender lenguaje parlamentario, perfeccionar su oratoria y vivir el debate como una experiencia de construcción colectiva. Más que aprender a debatir, han fortalecido la seguridad, la escucha activa y el respeto por las ideas de otros, valores esenciales para la formación de ciudadanos globales.

EVERMUN KIDS se implementará oficialmente en 2025, integrando a estudiantes de 3°, 4° y 5° en la práctica del debate argumentado sobre temas de interés mundial. La delegación que participa en MONUA será el primer staff creativo que dará forma a esta nueva experiencia educativa, consolidando el modelo como una práctica institucional que fomenta el pensamiento crítico, la creatividad y el liderazgo desde la infancia.

Evergreen reafirma así su compromiso con una educación global y bilingüe que prepara a sus estudiantes para liderar con empatía, curiosidad y visión de futuro. Muy pronto, conoceremos esta experiencia contada por los propios delegados.

Más información sobre Monua XV

¡Sala en orden, delegados! La aventura parlamentaria apenas comienza.

La importancia de los primeros 100 días en el preescolar para nuestros Greeners de 2 y 3 años

 

Cuando celebramos estos 100 días, no hablamos de números, sino de historias. Historias de pequeños que ya confían, ya preguntan, ya se reconocen como parte de algo más grande.

 

La importancia de los primeros 100 días en el preescolar para nuestros Greeners de 2 y 3 años

Cien días pueden parecer pocos. Pero para un niño o niña que inicia su vida escolar a los 2 o 3 años, representan una transformación profunda: el paso del mundo íntimo del hogar a un entorno colectivo que les permite explorar, relacionarse y descubrir todo lo que son capaces de aprender.

Celebración 100 días en el preescolar: Greeners 2 y 3 años

En Evergreen School celebramos los primeros 100 días del preescolar como un hito emocional, pedagógico y humano. Porque detrás de cada saludo en la puerta, cada juego compartido y cada rutina establecida, hay un proceso valioso que sienta las bases para toda la vida escolar.

Este primer tramo es mucho más que una adaptación: es una construcción. Una construcción de vínculos, de confianza, de lenguaje, de seguridad emocional, de hábitos. Y todo esto sucede en un ambiente que no solo cuida, sino que potencia.

A través de experiencias significativas, sensoriales y lúdicas, los niños de 2 y 3 años empiezan a:

  • Ganar autonomía en su día a día: colgar su maleta, lavarse las manos, pedir ayuda.
  • Establecer rutinas que les brindan tranquilidad y sentido del orden.
  • Desarrollar habilidades sociales, al convivir con otros, compartir, esperar su turno, resolver pequeños desacuerdos y construir las primeras amistades.
  • Enriquecer su lenguaje, ampliando su capacidad de nombrar el mundo, expresar emociones y participar activamente en la vida del aula.
  • Regular sus emociones, comprendiendo que hay otras formas de reaccionar y que siempre hay un adulto disponible que los contiene y acompaña.
  • Explorar su entorno con curiosidad y entusiasmo, sentando las bases de su pensamiento crítico.

Estas vivencias dan forma al desarrollo de los atributos del Perfil Evergreen, que acompañan su crecimiento desde el comienzo: autocuidado, habilidades sociales, comunicación, indagación, autorregulación y pensamiento crítico.

Y lo hacen en coherencia con nuestros valores institucionales: responsabilidad, empatía, perseverancia y solidaridad, que se viven desde las acciones más simples hasta las decisiones pedagógicas que tomamos como colegio.

Nuestro modelo educativo es claro: aprender debe ser una experiencia feliz. En Evergreen, cada día está diseñado para que el niño se sienta seguro, escuchado, acompañado y desafiado, en un ambiente donde el juego es vehículo, el vínculo es base y la alegría es prioridad.

Por eso, cuando celebramos estos 100 días, no hablamos de números, sino de historias. Historias de pequeños que ya confían, ya preguntan, ya se reconocen como parte de algo más grande.

Y para las familias que nos confían a sus hijos desde esta edad, también es una celebración: la certeza de que han elegido un espacio que respeta el ritmo de cada niño, pero que cree profundamente en lo que puede florecer cuando se empieza a tiempo.

Crecer feliz no es un eslogan. Es nuestro compromiso. Y estos primeros 100 días… son solo el comienzo.

Lo que aún le debemos a la Batalla de Boyacá

 

No hay que entender la violencia como herramienta ni como solución, porque hoy, dos siglos después, aún siendo independientes la independencia no está completa

 

Lo que aún le debemos a la Batalla de Boyacá

Por William Rivera – profesor de sociales primaria

Según la tradición festiva de Colombia, el 7 de agosto es un día feriado en conmemoración de la Batalla de Boyacá: uno de los momentos fundacionales de nuestra historia republicana.

Los libros, actos cívicos, izadas de bandera y el tan añorado día libre para muchos, son prueba de la importancia que esta fecha representa para la mayoría de colombianos; es el inicio de la independencia, el recuerdo de un día en el que un ejército criollo logró la victoria sobre el dominio español y abrió el camino a la libertad y la soberanía.

Pero más allá de la efeméride, esta fecha nos interpela y nos exige mirar con atención no solo lo que ocurrió hace más de dos siglos, sino lo que aún estamos construyendo como país independiente (MIN Interior, SF), y es que cuando decides enseñar Ciencias Sociales, te preparas para enfrentar un desafío didáctico: Enseñar historia o potenciar la memoria histórica.

El primero, un recorrido por los datos, nombres, fechas, lugares y un abanico infinito de hechos que día a día crece conforme el pasado se hace más largo y el futuro más corto; la segunda, un reto profesional que te embarca en la misión de desarrollar el pensamiento crítico y entender la historia como una construcción social que se teje desde las narrativas, el folclor, la literatura, desde el otro no escuchado, no “educado”, subversivo, ignorante.

Pero también el desafío de aprenderlas, pues toda enseñanza debe concluir en aprendizaje, y en este caso, uno en el cual La Batalla de Boyacá se convierte, sin duda alguna, en uno de esos puntos inflexivos de las lecturas sobre la historia del país en el Colegio, y una duda constante cuando se le compara con el 20 de julio: el día del grito, o el 30 de agosto: día en que se firmó en 1821 la primera constitución de Colombia.

¿Cuál es el verdadero día de la independencia? ¿Por qué tantas fechas conocidas y desconocidas para hablar del mismo hecho? Estos y otros cuestionamientos comprueban la trascendencia del mero acto de oír la historia como dato, a criticarla, cuestionarla y deconstruirla desde lo que me enseñan, un acto de verdadero aprehendizaje, con h, que no es otra cosa que la apropiación reflexiva y consiente del conocimiento (De Zubiría, 1996).

La anterior, es una clara invitación del pensamiento crítico a repensar qué significa ser independiente, cómo se logra serlo, qué tan independiente se es, para qué sirve tal condición y sobre todo cuál es la responsabilidad de los seres independientes en una sociedad donde la libertad mal entendida, ha derivado en violencias de todo tipo.

Esta es la diferencia entre enseñar historia y desarrollar la memoria histórica. La Batalla de Boyacá seguirá siendo reconocida como un acto de coraje colectivo, que representó el deseo de un pueblo por liberarse del sometimiento y por darse un futuro propio; pero también como una batalla, que adoptó la violencia como herramienta de transformación y que, en un país como Colombia, con heridas abiertas por décadas de conflicto, no es conveniente entenderla de forma acrítica sin preguntarse qué se ha aprendido, no hay que entender la violencia como herramienta ni como solución, porque hoy, dos siglos después, aún siendo independientes la independencia no está completa.

Muchos ciudadanos aún no acceden a derechos básicos, no participan plenamente de la vida democrática y no disfrutan de igualdad de oportunidades. Seguimos arrastrando desigualdades históricas, exclusiones profundas, tensiones sin resolver. La violencia en sus distintas formas sigue siendo parte de nuestra vida cotidiana. Por eso, conmemorar esta fecha debe ir más allá de un acto simbólico: debe convertirse en una oportunidad para renovar nuestro compromiso con la paz, la justicia y la educación, porque América Latina y Colombia siguen asistiendo, sin falla, a la colonialidad del poder, donde hay países que, por regla, “son más importantes que otros” o, simplemente, “son mejores”, siguen asistiendo a la epistemología eurocéntrica donde las fuentes “confiables” del conocimiento son europeas (Mignolo, 2025) y siguen pensando en “blanquear la raza” como elemento de resignificación de su propia existencia (Echeverrya, 1990), entonces ¿de cuál independencia se habla, si el colombiano independiente daría lo que fuera por no serlo? La discusión va mucho más allá del interrogante y la generalización es el motor de un debate, debate al que todos debemos asistir.

Como reflexión, queda sentada la base del autorreconocimiento, el fortalecimiento de la identidad y de los autoesquemas, el cuestionamiento a las “verdades históricas” que nos cuentan los libros y los profesores, una vida armónica que aborda los conflictos desde la reparación, que es justa y por ende merece ser vivida, una reflexión que reconoce la diversidad del hombre y ve en la diferencia una ventaja, que no siembra odio, y que, por sobre todo, dignifica la condición de un país libre que no entiende la independencia como un día festivo, sino como el estímulo para ser y pensar con corazón y cabeza propia: un país libre.

Cerebros felices: cuidar la infancia en la era de las pantallas

 

El cerebro infantil no necesita hiperestimulación ni acceso ilimitado a contenidos. Necesita juego libre, movimiento, silencio, naturaleza, preguntas sin respuestas inmediatas, y, sobre todo, adultos presentes que lo acompañen.

 

Cerebros felices: cuidar la infancia en la era de las pantallas

Carmen Díaz, directora general.

Cada 22 de julio, el Día Mundial del Cerebro nos recuerda que este órgano, complejo y poderoso, es la base de lo que somos: de nuestra memoria, nuestras emociones, nuestras decisiones y aprendizajes. Pero hoy quiero invitar a una reflexión sobre su desarrollo durante la infancia. En esta etapa, el cerebro vive una extraordinaria sensibilidad. Lo que siente y lo que aprende en esos primeros años deja huellas profundas que lo moldean para toda la vida.

Imagen de referencia – uso libre

Por eso nuestro compromiso, más que nunca, quienes educamos, es cuidar no solo lo que entra al cerebro, sino también cómo entra, desde qué tipo de experiencias y con qué intención. En un mundo atravesado por la tecnología y la inmediatez, vale la pena preguntarnos: ¿Cómo está creciendo el cerebro de nuestros niños? ¿Qué tipo de estímulos están recibiendo? ¿Qué lugar ocupan las pantallas en su desarrollo? Y, sobre todo, ¿qué necesitan sus cerebros para florecer?

En “La Generación Ansiosa”, Jonathan Haidt advierte que a partir del auge del smartphone, aproximadamente desde 2012, hemos asistido a una transformación silenciosa y profunda en la forma como los niños y adolescentes experimentan el mundo. La infancia ha pasado de ser una etapa llena de juego, contacto con otros y exploración física, a convertirse en una vida orientada a las pantallas, marcada por la comparación social, la hiperconexión digital y el aislamiento físico. Esto, según Haidt, ha traído consigo una preocupante epidemia de ansiedad, depresión y dificultades emocionales.

Numerosos estudios científicos respaldan esta preocupación: el uso excesivo de pantallas en edades tempranas puede afectar la atención sostenida, el desarrollo del lenguaje, el sueño, la regulación emocional e incluso la construcción de identidad. Pero más allá de los efectos clínicos, como educadores vemos una señal más sutil pero igual de preocupante: cuando las pantallas reemplazan el juego, el vínculo o la conversación, se debilita la experiencia humana que nutre el pensamiento, la creatividad y la empatía.

El cerebro infantil no necesita hiperestimulación ni acceso ilimitado a contenidos. Necesita juego libre, movimiento, silencio, naturaleza, preguntas sin respuestas inmediatas, y, sobre todo, adultos presentes que lo acompañen. Como bien señala Haidt, “los niños necesitan una infancia basada en el mundo real, no en el mundo virtual”. Es en el aburrimiento donde el cerebro se activa, se vuelve creativo, se pregunta, se mueve, inventa. Por eso es tan importante que familias y escuelas ofrezcamos espacios donde el aburrimiento no se vea como un fallo, sino como una puerta a la imaginación y al desarrollo.

Y también necesita felicidad. Las emociones positivas no son un premio superficial: son activadoras naturales de regiones cerebrales que favorecen el aprendizaje, la memoria, la empatía y la toma de decisiones. Cuando un niño se siente seguro, valorado y amado, su cerebro responde con apertura, flexibilidad y deseo de aprender. En Evergreen School, entendemos la felicidad no como un estado idealizado, sino como una condición de bienestar real que permite a nuestros estudiantes desarrollar su máximo potencial, fortaleciendo su autorrealización y autogestión.

Por eso, hablar del cerebro es también hablar de cómo educamos. De cómo diseñamos experiencias que respetan los ritmos infantiles. De cómo preferimos el asombro a la repetición, la curiosidad a la obediencia ciega, la presencia a la sobreestimulación. En cada clase, cada conversación, cada juego, acompañamos una arquitectura delicada e invisible: la del cerebro en formación.

Hoy más que nunca, educar implica tomar decisiones valientes. Y una de ellas es poner límites al uso de las pantallas. No desde el miedo ni la culpa, sino desde el amor, la conciencia y el compromiso con una infancia plena. Invito a nuestras familias a dejar espacio para el aburrimiento compartido, para que sus hijos digan: “¿Papá/mamá, y si vamos al parque?”, “¿y si leemos algo juntos?”, “¿y si pintamos, cocinamos, bordamos?”… Porque cuando un niño tiene tiempo para ensuciarse, equivocarse, construir e imaginar, está entrenando su mente para la vida.

En este Día Mundial del Cerebro, invito a mirar con atención y con afecto crítico los hábitos digitales en casa. A reconectar con lo esencial: con el tiempo compartido, con las historias al oído, con el silencio que permite pensar, con la risa que no se graba. Cuidar el cerebro de nuestros niños es cuidar su bienestar presente y su desarrollo futuro.

Porque un cerebro feliz no solo aprende mejor: también ama, sueña, crea y transforma.

“Juntos podemos construir un mundo mejor para nuestros hijos. Un mundo más real, más humano y lleno de experiencias que los hagan florecer.” (Jonathan Haidt, La Generación Ansiosa)

Los emojis: un lenguaje que nos reta a escuchar y comprender

 

Entender estos códigos no significa invadir, sino acompañar. Implica mostrar curiosidad auténtica y abrir conversaciones desde el respeto

 

Los emojis: un lenguaje que nos reta a escuchar y comprender

Feliz día internacional del Emoji

Escrito por: Alejandra Garavito, coordinadora de Bienestar y Convivencia

Más allá de las caritas

En un mundo cada vez más digital, los emojis se han convertido en un lenguaje cotidiano, especialmente para niños y jóvenes. Para ellos, un emoji no es solo un adorno en un mensaje: es una forma auténtica de expresar emociones, construir identidad y relacionarse con los demás.

Sin embargo, para muchos adultos, los emojis pueden parecer un código incomprensible, y a menudo se percibe como una “brecha generacional”. En realidad, esta brecha es más un mito que una barrera: el reto no es entender cada signo literal, sino escuchar el sentido profundo y emocional detrás de ellos.

Detrás de cada emoji hay un sentimiento, una intención y, muchas veces, una petición de ser escuchado. Cuando un niño usa 🫶, no solo dice “te quiero”, sino también “necesito sentirme cerca”. Cuando manda 😅, puede estar pidiendo apoyo o contándote que se sintió vulnerable.

Entender estos códigos no significa invadir, sino acompañar. Implica mostrar curiosidad auténtica y abrir conversaciones desde el respeto: “¿Qué significa este emoji para ti?”, “¿Cuándo lo usas?”, son preguntas que pueden acercarnos más que cualquier conferencia o regla.

Un lenguaje que merece cuidado

Así como cualquier otro lenguaje, los emojis pueden ser usados de forma responsable o inadecuada. Por ejemplo:

  • Mensajes ambiguos o pasivo-agresivos. Un emoji mal interpretado puede herir o excluir.
  • Formas de acoso digital. Combinar ciertos emojis con palabras hirientes puede ser parte de dinámicas de bullying, incluso silenciosas o sutiles.
  • Presión social. Algunos jóvenes pueden sentirse obligados a responder “correctamente” usando emojis, como muestra de pertenencia.

Por eso, educar en el uso consciente de los emojis es también educar en respeto digital, empatía y ciudadanía responsable.

No se trata de que los padres empiecen a enviar decenas de emojis en cada mensaje. Se trata de demostrar que estamos dispuestos a entender su mundo, sin juzgar ni ridiculizar.

Usar un emoji en un chat con tu hijo puede ser un pequeño gesto que diga: “Estoy aquí, entiendo tu forma de expresarte y te respeto”. Pero, más importante aún, es enseñar que cada forma de expresión (emoji o palabra) tiene un impacto y que siempre debe usarse con empatía y cuidado.

Señales de alerta

Algunas actitudes pueden indicar que es momento de prestar más atención:

  • Cambios bruscos en el uso de emojis o códigos en los chats.
  • Uso frecuente de emojis negativos (😢, 😡, 💔) sin explicación o unido a frecuentes publicaciones en redes sociales.
  • Respuestas evasivas o silenciosas cuando se pregunta por el significado.
  • Conversaciones secretas con símbolos que no se explican, como si fuesen en clave.

Finalmente, queremos recordar que el lenguaje digital no ocurre en el vacío: emojis, mensajes, redes sociales y juegos, suceden dentro de un entorno que puede influir profundamente en el bienestar emocional, social y cognitivo de niñas, niños y adolescentes.

Más allá del emoji: acompañar el uso de dispositivos con sentido y cuidado

  • Prioriza conversaciones cara a cara. Recuerda que un emoji puede ser el inicio de una gran conversación, pero nunca remplaza una mirada o un abrazo.
  • Pregunta con genuino interés “¿qué significa ese emoji para ti?”, “¿por qué elegiste ese sticker?” puede abrir conversaciones profundas que van más allá del chat.
  • Hablen sobre lo que ven y comparten: Los emojis pueden parecer inofensivos, pero muchas veces se usan para expresar burlas, exclusión o formar parte de dinámicas de grupo. Conversar sobre los contenidos, memes, emojis o juegos que circulan les ayuda a reflexionar sobre lo que ven y su impacto en los demás.
  • Cada emoji, como cada click, deja huella: Enséñales que su forma de expresarse (aunque sea con un solo símbolo) comunica una intención, y que es importante usar ese lenguaje con empatía, respeto y responsabilidad. Un emoji puede alegrar o herir, puede acercar o excluir.
  • Escuchar sus emociones, incluso cuando vienen en forma de carita o corazón, es una oportunidad para fortalecer los lazos, abrir el diálogo y acompañarlos a navegar este mundo digital sin perder el contacto humano.

Democracia: Más allá de las urnas, un compromiso diario

 

En clase, nuestros profes no nos dicen qué pensar. Nos enseñan a preguntar, investigar y a construir opinión.

 

Democracia: Más allá de las urnas, un compromiso diario

Escrito por: Ana María Salazar, personera.

Hoy quiero que hablemos de algo más profundo de lo que parece: la democracia.

No, no es solo esa palabra que escuchamos en las noticias o algo que pasa cada cuatro años. La democracia también ocurre cuando levantamos la mano para dar una opinión, cuando escuchamos con respeto una idea distinta, o cuando nos comprometemos con lo que afecta a nuestra comunidad.

Acto de posesión del Gobierno Escolar 2025

En Evergreen, no solo aprendemos para pasar exámenes, aprendemos para ser ciudadanos activos, que piensan, que cuestionan, que construyen. Aquí la democracia se vive en el aula, cuando resolvemos conflictos dialogando, cuando participamos en el gobierno escolar, o cuando trabajamos juntos aunque pensemos diferente.

Me acuerdo de una historia que leí hace poco: la de Javier, cuyo papá, aunque no sabía escribir, luchó para que sus hijos tuvieran libros. Eso me hizo pensar en el poder de la educación para romper ciclos y abrir caminos. En Evergreen también creemos eso: que cada uno merece tener las herramientas para construir un futuro feliz y significativo, incluso en un mundo que cambia todo el tiempo.

También conocí la historia de Rosa, una niña que sueña con ser presidenta. Rosa viene de una realidad difícil, pero tiene sueños enormes. Ella me hizo pensar en cómo los contrastes de nuestra vida no nos deben frenar, sino impulsarnos. Esa es una palabra que me identifica: resiliencia. Porque no se trata solo de resistir, sino de reinventarse, aprender y avanzar.

En clase, nuestros profes no nos dicen qué pensar. Nos enseñan a preguntar, investigar y a construir opinión. Eso también es democracia: no aceptar lo primero que nos dicen, sino buscar entender y proponer. Y lo mejor es que no lo hacemos solos: lo hacemos juntos, con diálogo y respeto.

Ser “Evergreenista” es mucho más que pertenecer a un colegio. Es ser empático, pensador, perseverante, curioso y ciudadano. Es entender que el otro importa, que lo que hacemos tiene impacto, y que cada pequeño acto puede transformar una realidad.

En Evergreen nos autorregulamos, comunicamos con claridad, tomamos decisiones informadas y pensamos en el bienestar de todos. Y cada vez que participamos, que escuchamos, que respetamos, estamos fortaleciendo nuestra democracia.

La democracia no es un regalo. Es una construcción diaria, colectiva. Y eso nos incluye a todos: estudiantes, profes, familias, comunidad.

Integrantes del Comité Estudiantil 2025

Por eso, en el marco del Día de la Independencia, no solo celebremos la libertad que tenemos, sino también el compromiso de hacerla valer todos los días.

Que se note que en Evergreen, y en Colombia, la democracia no solo se enseña: se vive.

Restaurar para preservar: una apuesta educativa y ambiental desde Evergreen School

 

Nuestra visión institucional que va más allá del aula e integra el cuidado del planeta como una responsabilidad compartida entre estudiantes, docentes y familias.

 

Restaurar para preservar: una apuesta educativa y ambiental desde Evergreen School

Día de la Madre Tierra 2025

Cada 22 de abril, el mundo conmemora el Día de la Madre Tierra, y en Evergreen School esta fecha no es solo un recordatorio simbólico, sino un compromiso que se vive en el día a día de nuestra comunidad educativa.

Hoy, reafirmamos nuestro liderazgo en la sostenibilidad ambiental a través de acciones reales, medibles y conectadas con la formación integral de nuestros estudiantes.

Visita de seguimiento en 2024 de la Subdirección de Ecosistemas de la Secretaría de Ambiente de Bogotá a la sede Campestre

Gracias a la alianza establecida con la Subdirección de Ecosistemas de la Secretaría de Ambiente de Bogotá, nuestra sede campestre se ha convertido en un aula viva donde florece la biodiversidad con la siembra de 952 árboles nativos —entre ellos especies como cedro, cedrillo, chicalá amarillo, tabaquillo, alcaparro, caucho tequendama, cageto, cucharo blanco, gurrubo, espino garbanzo, arrayán blanco, alcaparro enano, macle de tierra fría y tibar.

Nuestra visión institucional va más allá del aula e integra el cuidado del planeta como una responsabilidad compartida entre estudiantes, docentes y familias.

  • 2022: 338 árboles plantados
  • 2023: 614 árboles plantados
    Total: 952 árboles nativos

Estas cifras representan más que árboles: son actos pedagógicos, lecciones vivas y decisiones conscientes que vinculan a estudiantes, docentes y familias con el presente y el futuro de la ciudad.

Cabe recordare que, en 2023 fuimos reconocidos por la Alcaldía de Bogotá como el colegio con mayor extensión de tierras entregadas a la conservación de la Reserva Thomas van der Hammen, con 6.96 hectáreas comprometidas formalmente. Este logro nos posiciona como pioneros en la educación ambiental privada de la ciudad.

El reconocimiento recibido se enmarcó en la iniciativa “Bogotá Reverdece”, por la Alcadía Mayor en 2023.
¿Qué tan importante es que los estudiantes participen activamente en estos proyectos?

La respuesta está en su poder transformador. La participación de los estudiantes no solo fortalece su vínculo con la naturaleza, sino que desarrolla en ellos una conciencia crítica, sentido de responsabilidad, trabajo colaborativo y un profundo respeto por la vida.

“Desde el colegio, sí se pueden generar grandes cambios. Al integrar estas acciones dentro del currículo y el perfil del estudiante, estamos formando generaciones que comprenden el valor de cuidar lo que nos rodea y actuar para preservarlo. Hoy más que nunca, la educación ambiental no es un complemento, sino un pilar para construir un futuro más sostenible”, comentó William Domínguez, director Curricular.

En este Día de la Madre Tierra, renovamos nuestro compromiso con la vida, la educación y el planeta. Restaurar para preservar es una causa colectiva. Y en Evergreen, la abrazamos con raíces profundas.

La Autogestión y la Autorregulación también se cultivan en Vacaciones

 

Las vacaciones también educan. Aprovechémoslas para sembrar en nuestros hijos herramientas que los acompañarán toda la vida. 

 

La Autogestión y la Autorregulación también se cultivan en Vacaciones

Por Claudia Ruiz – Coordinadora de Primaria, Evergreen School

Las vacaciones son una oportunidad maravillosa para descansar, convivir y recargar energías. También representan un espacio ideal para seguir desarrollando habilidades fundamentales en nuestros niños, como la autogestión y la autorregulación. Estas competencias no solo son esenciales para su aprendizaje académico, sino que sobre todo los preparan para enfrentar la vida con mayor autonomía, seguridad y bienestar.

Desde nuestra sección de primaria, queremos compartirles algunos consejos prácticos para que, durante esta semana de vacaciones, puedan acompañar a sus hijos en este proceso y aportar en el fortalecimiento de su carácter desde casa.

Paso a paso de estas actividades:

  • Invítalos a organizar su día

Permitan que asuma un rol activo en la planeación de su jornada. ¿Qué quieren hacer hoy? ¿Qué tareas deben cumplir y qué les gustaría explorar? Pueden usar una cartulina o una agenda sencilla para anotar o una pizarra:

Propónganle tres actividades para hacer en el día (una que ayude en casa, una que los divierta y una que los haga aprender algo nuevo).

Esto refuerza su capacidad de planear, anticipar y responsabilizarse de su tiempo.

  • Establezcan metas pequeñas y alcanzables

Las metas les dan dirección y sentido de logro. Aquí algunas ideas para hacer en familia y aportar al alcance de logros: 

-Preparar el desayuno un día por sí mismos (con supervisión).

-Leer un cuento y contárselo a alguien con sus propias palabras.

-Escribir un diario donde registren lo que aprendieron o cómo se sintieron.

Cuando terminen una meta, celebren su esfuerzo más que el resultado. Esto alimenta su perseverancia y autoestima.

  • Incluyan momentos de reflexión emocional

Crear momentos para hablar de lo que sienten es fundamental. Algunas acciones concretas para trabajar en su inteligencia emocional pueden ser:

-Usen “tarjetas de emociones” con caritas o colores y pregúntenles: ¿Cómo te sentiste hoy? ¿Por qué crees que te sentiste así?

-Jueguen al “semáforo emocional”: verde si están bien, amarillo si están confundidos, rojo si están molestos. Luego, conversen sobre cómo manejar cada emoción.

-Lean cuentos que aborden emociones y pregúntenles: ¿Qué harías tú si fueras ese personaje?

Esta práctica les ayuda a poner nombre a lo que sienten, entenderlo y empezar a regular sus reacciones.

  • Practiquen la solución de problemas desde lo cotidiano

Cuando enfrenten un reto (como un juego que no les sale, una discusión entre hermanos o el aburrimiento), acompáñenlos sin resolver por ellos:

-Hagan preguntas como: ¿Qué podrías hacer diferente? ¿Qué otras opciones tienes? ¿Qué crees que pasaría si lo intentas así?

-Anímenlos a probar una solución y, si no funciona, a buscar otra. El error es parte del aprendizaje.

-Ayúdenlos a ver que toda dificultad es una oportunidad para crecer y aprender algo nuevo.

  • Fomenten el autocuidado como parte de su responsabilidad

La higiene personal, el orden de sus cosas, ayudar a poner la mesa o cuidar de una mascota, son pequeñas tareas que fortalecen la disciplina interna y el sentido de responsabilidad:

Pueden armar una lista de “Mis compromisos esta semana” con dibujos o íconos.

Reconozcan su iniciativa cuando lo hacen sin que se los pidan: “Hoy te vi ordenar tus juguetes sin que yo te lo dijera. ¡Eso es tener iniciativa y responsabilidad!”

  • Modelen lo que quieren enseñar

Ustedes son su primer espejo. Mostrarles cómo ustedes también se organizan, hablan de sus emociones, piden disculpas o buscan soluciones, es la mejor lección que pueden recibir.

Compartan con ellos cuando algo les cuesta y cómo lo resuelven. Usen frases como: “Hoy me sentí frustrada, pero respiré hondo y lo intenté de nuevo”.

  • Celebren el carácter más que el resultado

A lo largo de la semana, enfoquen sus elogios en valores y fortalezas: “Hoy fuiste muy perseverante”, “Mostraste mucha empatía ayudando a tu hermano”, “Estás aprendiendo a reconocer lo que sientes y eso es muy valiente”.

Las vacaciones también educan. Aprovechémoslas para sembrar en nuestros hijos herramientas que los acompañarán toda la vida. La autogestión y la autorregulación se cultivan poco a poco, con amor, paciencia y muchas oportunidades para practicar.

¡Les deseo una semana llena de aprendizajes, emociones positivas y momentos en familia que queden en el corazón!