De Liceo Cambridge a Evergreen: 27 años creciendo sin perder nuestras raíces

 

Este aniversario nos recuerda que nuestra educación es como un árbol vivo, donde la idea de un aprendizaje que perdura, se renueva constantemente y busca un impacto positivo en el mundo, requiere raíces profundas que nos sostienen y ramas que se extienden cada vez más alto.

 

 

WhatsApp Image 2025-04-14 at 8.57.40 AM

De Liceo Cambridge a Evergreen: 27 años creciendo sin perder nuestras raíces

Hace veintisiete años, un grupo de educadores visionarios decidió sembrar una semilla: un colegio bilingüe que ofreciera excelencia académica, ética y amor por el conocimiento. Así nació Liceo Cambridge, un proyecto que desde 1998 apostó por la formación integral y el bilingüismo impulsando el desarrollo de futuros ciudadanos del mundo.

Archivo fotografía Liceo Cambridge

Con el paso del tiempo, comprendimos que crecer también implica evolucionar. En 2018 dimos un paso audaz: cambiar nuestro nombre para reflejar una visión global, un compromiso renovado con la innovación educativa, enfocada en la felicidad y el éxito, así como destacar nuestro profundo amor por la naturaleza. Fue así como nació Evergreen School.

Hoy, al cumplir 27 años, miramos atrás con gratitud y hacia adelante con ilusión. Heredamos del Liceo Cambridge los cimientos de ética, bilingüismo y excelencia académica; y con Evergreen School hemos consolidado un modelo educativo innovador, centrado en que en la construcción de la felicidad intervienen factores tanto personales como académicos. En nuestros procesos de aprendizaje la autogestión y la autorrealización cobran gran importancia en el éxito académico y futuro profesional.

“Este colegio nació como un proyecto familiar con un propósito claro: formar seres humanos felices, íntegros y preparados para un mundo cambiante. Hoy, 27 años después, seguimos fieles a esa esencia, pero con la mirada puesta en el futuro”, afirma Carmen Díaz, directora general e hija de los fundadores de Evergreen School.

Nuestra trayectoria está respaldada por reconocimientos que hablan por sí solos: cinco años consecutivos certificados internacionalmente como Great Place to Study, lo que nos ubica entre los cinco colegios más felices de Colombia; el puesto 76 entre los mejores colegios del país y en el Top 10 entre los colegios bilingües según el ICFES 2024; la certificación EFQM de 3 estrellas, que avala nuestro compromiso con la excelencia en la gestión; y nuestro compromiso ambiental al proteger activamente la Reserva Thomas Van der Hammen, demostrando que educar también es cuidar el planeta.

Evergreen School proyecta un campus educativo con liderazgo nacional e internacional, guiado por valores claros: Trabajo en equipo, Responsabilidad, Crecimiento y Orientación al logro. Nuestros estudiantes crecen sobre la base de la Empatía, Solidaridad, Perseverancia y Responsabilidad, fortaleciendo atributos del perfil Evergreen como el autocuidado, las habilidades sociales, la comunicación, la indagación, la autorregulación y el pensamiento crítico.

“He visto generaciones completas crecer aquí; he visto a niños convertirse en profesionales y líderes solidarios. Eso demuestra que nuestra misión de educar para la felicidad no es solo un discurso: es una realidad que vivimos día a día”, comenta Amanda Romero, rectora de Evergreen School desde hace 26 años.

Archivo fotografía Liceo Cambridge

Este aniversario nos recuerda que nuestra educación es como un árbol vivo, así como nuestro nombre (Evergreen, Escuela Siempre Verde), donde la idea de un aprendizaje que perdura, se renueva constantemente y busca un impacto positivo en el mundo, requiere raíces profundas que nos sostienen y ramas que se extienden cada vez más alto. Nuestros egresados son prueba de ello: líderes solidarios, perseverantes y transformadores del mundo.

Hoy reafirmamos nuestro propósito: Educar para una vida auténticamente feliz, siendo un colegio donde cada niño y joven encuentra la alegría de aprender, la confianza para crear y la preparación para alcanzar sus metas. Este aniversario también es un homenaje a las familias que han creído en nosotros durante estos 27 años. Gracias por acompañarnos, por inspirarnos a ser mejores cada día y por hacer parte activa de esta comunidad que sigue creciendo sin perder sus raíces. Evergreen School es de todos: un proyecto vivo que construimos juntos, con el compromiso de seguir sembrando futuro para nuestros hijos.

Primaria toma la palabra: delegación Evergreen rumbo a MONUA XV

 

Nuestros delegados kids, vienen preparándose en compañía de sus padres semana a semana, aprendiendo el lenguaje parlamentario, ejercitando técnicas para potenciar su oratoria y aumentar su confianza, así como simulando debates sobre diferentes temas.

 

Primaria toma la palabra: delegación Evergreen rumbo a MONUA XV

Por primera vez, 15 estudiantes de primaria participarán en MONUA XV, el Modelo de Naciones Unidas de la Universidad de los Andes. Este hito marca el inicio de EVERMUN KIDS, fortaleciendo el liderazgo, la oratoria y el pensamiento crítico desde la infancia.
La delegación de Evergreen está conformada por Martina Blanco, Manolo González, Sara Chaparro, Emilio Alarcón, Salomé Pérez, Juan Diego Rosas, Lorenzo Saavedra, Jerónimo Fajardo, Julieta Pabón, Jerónimo Venegas, Jerónimo Gallego, Jacobo Mojica, Eva Cruz, Sara Hernández y Emiliano Lasso.

Por primera vez en la historia de Evergreen School, estudiantes de 4° y 5° grados representarán al colegio en MONUA XV, uno de los Modelos de Naciones Unidas más reconocidos de América Latina. Esta participación no solo marca su debut en un evento académico de alto nivel, sino que da vida a EVERMUN KIDS, la primera versión de nuestro Modelo de Naciones Unidas para primaria, reflejo del trabajo que por años han liderado los estudiantes de bachillerato con EVERMUN.

El próximo 17 y 18 de agosto debatirán en un formato único: “El mundo de los tribunales mágicos de Disney”, inspirado en películas como Intensamente, La Sirenita y El Rey León. Los temas centrales serán las emociones y su control, la identidad personal y el amor propio, así como la justicia, la democracia y el poder.

Bajo la asesoría del profesor William Rivera, sponsor institucional del proyecto, los estudiantes se han preparado junto a sus familias para aprender lenguaje parlamentario, perfeccionar su oratoria y vivir el debate como una experiencia de construcción colectiva. Más que aprender a debatir, han fortalecido la seguridad, la escucha activa y el respeto por las ideas de otros, valores esenciales para la formación de ciudadanos globales.

EVERMUN KIDS se implementará oficialmente en 2025, integrando a estudiantes de 3°, 4° y 5° en la práctica del debate argumentado sobre temas de interés mundial. La delegación que participa en MONUA será el primer staff creativo que dará forma a esta nueva experiencia educativa, consolidando el modelo como una práctica institucional que fomenta el pensamiento crítico, la creatividad y el liderazgo desde la infancia.

Evergreen reafirma así su compromiso con una educación global y bilingüe que prepara a sus estudiantes para liderar con empatía, curiosidad y visión de futuro. Muy pronto, conoceremos esta experiencia contada por los propios delegados.

Más información sobre Monua XV

¡Sala en orden, delegados! La aventura parlamentaria apenas comienza.

La importancia de los primeros 100 días en el preescolar para nuestros Greeners de 2 y 3 años

 

Cuando celebramos estos 100 días, no hablamos de números, sino de historias. Historias de pequeños que ya confían, ya preguntan, ya se reconocen como parte de algo más grande.

 

La importancia de los primeros 100 días en el preescolar para nuestros Greeners de 2 y 3 años

Cien días pueden parecer pocos. Pero para un niño o niña que inicia su vida escolar a los 2 o 3 años, representan una transformación profunda: el paso del mundo íntimo del hogar a un entorno colectivo que les permite explorar, relacionarse y descubrir todo lo que son capaces de aprender.

Celebración 100 días en el preescolar: Greeners 2 y 3 años

En Evergreen School celebramos los primeros 100 días del preescolar como un hito emocional, pedagógico y humano. Porque detrás de cada saludo en la puerta, cada juego compartido y cada rutina establecida, hay un proceso valioso que sienta las bases para toda la vida escolar.

Este primer tramo es mucho más que una adaptación: es una construcción. Una construcción de vínculos, de confianza, de lenguaje, de seguridad emocional, de hábitos. Y todo esto sucede en un ambiente que no solo cuida, sino que potencia.

A través de experiencias significativas, sensoriales y lúdicas, los niños de 2 y 3 años empiezan a:

  • Ganar autonomía en su día a día: colgar su maleta, lavarse las manos, pedir ayuda.
  • Establecer rutinas que les brindan tranquilidad y sentido del orden.
  • Desarrollar habilidades sociales, al convivir con otros, compartir, esperar su turno, resolver pequeños desacuerdos y construir las primeras amistades.
  • Enriquecer su lenguaje, ampliando su capacidad de nombrar el mundo, expresar emociones y participar activamente en la vida del aula.
  • Regular sus emociones, comprendiendo que hay otras formas de reaccionar y que siempre hay un adulto disponible que los contiene y acompaña.
  • Explorar su entorno con curiosidad y entusiasmo, sentando las bases de su pensamiento crítico.

Estas vivencias dan forma al desarrollo de los atributos del Perfil Evergreen, que acompañan su crecimiento desde el comienzo: autocuidado, habilidades sociales, comunicación, indagación, autorregulación y pensamiento crítico.

Y lo hacen en coherencia con nuestros valores institucionales: responsabilidad, empatía, perseverancia y solidaridad, que se viven desde las acciones más simples hasta las decisiones pedagógicas que tomamos como colegio.

Nuestro modelo educativo es claro: aprender debe ser una experiencia feliz. En Evergreen, cada día está diseñado para que el niño se sienta seguro, escuchado, acompañado y desafiado, en un ambiente donde el juego es vehículo, el vínculo es base y la alegría es prioridad.

Por eso, cuando celebramos estos 100 días, no hablamos de números, sino de historias. Historias de pequeños que ya confían, ya preguntan, ya se reconocen como parte de algo más grande.

Y para las familias que nos confían a sus hijos desde esta edad, también es una celebración: la certeza de que han elegido un espacio que respeta el ritmo de cada niño, pero que cree profundamente en lo que puede florecer cuando se empieza a tiempo.

Crecer feliz no es un eslogan. Es nuestro compromiso. Y estos primeros 100 días… son solo el comienzo.

Lo que aún le debemos a la Batalla de Boyacá

 

No hay que entender la violencia como herramienta ni como solución, porque hoy, dos siglos después, aún siendo independientes la independencia no está completa

 

Lo que aún le debemos a la Batalla de Boyacá

Por William Rivera – profesor de sociales primaria

Según la tradición festiva de Colombia, el 7 de agosto es un día feriado en conmemoración de la Batalla de Boyacá: uno de los momentos fundacionales de nuestra historia republicana.

Los libros, actos cívicos, izadas de bandera y el tan añorado día libre para muchos, son prueba de la importancia que esta fecha representa para la mayoría de colombianos; es el inicio de la independencia, el recuerdo de un día en el que un ejército criollo logró la victoria sobre el dominio español y abrió el camino a la libertad y la soberanía.

Pero más allá de la efeméride, esta fecha nos interpela y nos exige mirar con atención no solo lo que ocurrió hace más de dos siglos, sino lo que aún estamos construyendo como país independiente (MIN Interior, SF), y es que cuando decides enseñar Ciencias Sociales, te preparas para enfrentar un desafío didáctico: Enseñar historia o potenciar la memoria histórica.

El primero, un recorrido por los datos, nombres, fechas, lugares y un abanico infinito de hechos que día a día crece conforme el pasado se hace más largo y el futuro más corto; la segunda, un reto profesional que te embarca en la misión de desarrollar el pensamiento crítico y entender la historia como una construcción social que se teje desde las narrativas, el folclor, la literatura, desde el otro no escuchado, no “educado”, subversivo, ignorante.

Pero también el desafío de aprenderlas, pues toda enseñanza debe concluir en aprendizaje, y en este caso, uno en el cual La Batalla de Boyacá se convierte, sin duda alguna, en uno de esos puntos inflexivos de las lecturas sobre la historia del país en el Colegio, y una duda constante cuando se le compara con el 20 de julio: el día del grito, o el 30 de agosto: día en que se firmó en 1821 la primera constitución de Colombia.

¿Cuál es el verdadero día de la independencia? ¿Por qué tantas fechas conocidas y desconocidas para hablar del mismo hecho? Estos y otros cuestionamientos comprueban la trascendencia del mero acto de oír la historia como dato, a criticarla, cuestionarla y deconstruirla desde lo que me enseñan, un acto de verdadero aprehendizaje, con h, que no es otra cosa que la apropiación reflexiva y consiente del conocimiento (De Zubiría, 1996).

La anterior, es una clara invitación del pensamiento crítico a repensar qué significa ser independiente, cómo se logra serlo, qué tan independiente se es, para qué sirve tal condición y sobre todo cuál es la responsabilidad de los seres independientes en una sociedad donde la libertad mal entendida, ha derivado en violencias de todo tipo.

Esta es la diferencia entre enseñar historia y desarrollar la memoria histórica. La Batalla de Boyacá seguirá siendo reconocida como un acto de coraje colectivo, que representó el deseo de un pueblo por liberarse del sometimiento y por darse un futuro propio; pero también como una batalla, que adoptó la violencia como herramienta de transformación y que, en un país como Colombia, con heridas abiertas por décadas de conflicto, no es conveniente entenderla de forma acrítica sin preguntarse qué se ha aprendido, no hay que entender la violencia como herramienta ni como solución, porque hoy, dos siglos después, aún siendo independientes la independencia no está completa.

Muchos ciudadanos aún no acceden a derechos básicos, no participan plenamente de la vida democrática y no disfrutan de igualdad de oportunidades. Seguimos arrastrando desigualdades históricas, exclusiones profundas, tensiones sin resolver. La violencia en sus distintas formas sigue siendo parte de nuestra vida cotidiana. Por eso, conmemorar esta fecha debe ir más allá de un acto simbólico: debe convertirse en una oportunidad para renovar nuestro compromiso con la paz, la justicia y la educación, porque América Latina y Colombia siguen asistiendo, sin falla, a la colonialidad del poder, donde hay países que, por regla, “son más importantes que otros” o, simplemente, “son mejores”, siguen asistiendo a la epistemología eurocéntrica donde las fuentes “confiables” del conocimiento son europeas (Mignolo, 2025) y siguen pensando en “blanquear la raza” como elemento de resignificación de su propia existencia (Echeverrya, 1990), entonces ¿de cuál independencia se habla, si el colombiano independiente daría lo que fuera por no serlo? La discusión va mucho más allá del interrogante y la generalización es el motor de un debate, debate al que todos debemos asistir.

Como reflexión, queda sentada la base del autorreconocimiento, el fortalecimiento de la identidad y de los autoesquemas, el cuestionamiento a las “verdades históricas” que nos cuentan los libros y los profesores, una vida armónica que aborda los conflictos desde la reparación, que es justa y por ende merece ser vivida, una reflexión que reconoce la diversidad del hombre y ve en la diferencia una ventaja, que no siembra odio, y que, por sobre todo, dignifica la condición de un país libre que no entiende la independencia como un día festivo, sino como el estímulo para ser y pensar con corazón y cabeza propia: un país libre.