Conmemorar la Semana de la Salud Mental y Física no significa únicamente organizar actividades; es reafirmar una filosofía institucional que entiende el cuidado como un eje transversal de la formación.
Hablar de salud mental y física en el colegio ya no es una opción, es una necesidad impostergable. En un mundo atravesado por la inmediatez, las tensiones sociales y la incertidumbre global, los niños y jóvenes crecen enfrentando retos que hace apenas unas décadas no existían: la presión de la hiperconexión digital, el aumento de la ansiedad, la dificultad para gestionar el estrés y la búsqueda constante de un sentido profundo en la vida cotidiana. Estos escenarios nos recuerdan que el bienestar integral no es un tema secundario, sino el fundamento sobre el cual se construye cualquier proceso de aprendizaje y desarrollo humano.
La Semana de la Salud Mental y Física en Evergreen School nace de esa convicción: la educación no puede reducirse a la transmisión de saberes académicos, sino que debe abrir espacios para que los estudiantes reconozcan su propia humanidad en toda su complejidad.
Conmemorarla no significa únicamente organizar actividades; es reafirmar una filosofía institucional que entiende el cuidado como un eje transversal de la formación. Es recordar que enseñar a reconocer una emoción, practicar la autorregulación o generar conversaciones sobre el sentido de la vida es tan trascendental como resolver una ecuación matemática o comprender un texto literario.
Estas jornadas se convierten en un símbolo, un recordatorio de que el colegio es un lugar para aprender a vivir, no solo para aprender contenidos. Al abrir espacios de reflexión sobre el autocuidado, la convivencia o la resiliencia, enviamos un mensaje claro a nuestra comunidad: la felicidad, el equilibrio y la capacidad de cuidar de sí mismos y de los demás son aprendizajes esenciales que acompañarán a nuestros estudiantes mucho más allá de las aulas.
En Evergreen, la Semana de la Salud Mental y Física es solo un momento visible de un trabajo que se mantiene a lo largo del año. La acompañan la labor cotidiana de orientación escolar, el compromiso de los docentes y la participación activa de profesionales externos que enriquecen la mirada sobre el bienestar integral. Pero, sobre todo, sostiene una convicción profunda: apostar por la salud física y mental de nuestros estudiantes es apostar por su futuro como ciudadanos empáticos, responsables y conscientes de que la vida se cuida en comunidad.
Coordinación de Bienestar y Convivencia